Cómo el sonido en exceso, puede cansar y generar desbalances: Enmascaramiento y fatiga acústica7/7/2015 El enmascaramiento del sonido disminuye la productividad, la concentración y la privacidad de las conversaciones con la introducción de un sonido de fondo invasivo y perturbador El enmascaramiento cae dentro de los estudios psicoacústicos que buscan determinar de qué manera la presencia de un sonido afecta la percepción de otro sonido. Hablamos de enmascaramiento cuando un sonido impide la percepción de otro sonido, es decir, lo enmascara. Se produce una modificación (desplazamiento) del umbral de audibilidad en el sujeto. Enmascaramiento se produce, por ejemplo, cuando dos personas están conversando y el sonido del tránsito impide que una escuche total o parcialmente lo que está diciendo la otra. También puede darse en un conjunto musical, cuando la dinámica de un instrumento (o la suma de varios) impide percibir los sonidos que está produciendo otro instrumento musical. Si se aumenta de manera constante el nivel de un ruido – enmascarador - se podrá percibir también una transición continua entre un sonido de prueba audible y uno enmascarado. Esto quiere decir que existe también un enmascaramiento parcial, en el cual el nivel de percepción del sonido de prueba disminuye, pero no desaparece. El enmascaramiento del sonido disminuye la productividad, concentración y la privacidad de las conversaciones con la introducción de un sonido de fondo invasivo y perturbador PROBLEMAS DE COMUNICACIÓN Y ENMASCARAMIENTO La intervención de otros sonidos en el ambiente hace que, lo primero que se vea afectada es la comprensión de la palabra, algunos sonidos se entienden y otros, no "Allí estaba otra vez ese ruido. Aquel ruido frío, cortante, vertical, que ya tanto conocía pero que ahora se le presentaba agudo y doloroso, como si de un día a otro se hubiera desacostumbrado a él" -Gabriel García Márquez Ciertamente, la violencia acústica no es nueva; es, más bien, algo bastante natural al ser humano, y pueden encontrarse ejemplos de ella en todas las épocas. Una cualidad de la violencia es la de provocar daño o incomodidad, además de una sensación de indefensión. Esta violencia no necesariamente es intencional. De hecho, es muy común que el agresor no sea consciente de que está ejerciendo alguna forma de violencia, y esto es particularmente cierto con respecto a la violencia acústica. Es interesante notar que la Naturaleza ofrece escasos ejemplos de daños debidos sólo al sonido. El rol biológico de las ondas acústicas parece restringirse a transmitir información asombrosamente compleja, y lo mismo puede decirse del código acústico utilizado para comunicarla. La habilidad para discriminar los sutiles matices presentes en la señal vocal y extraer información precisa y significativa requiere un sentido del oído muy fino. Esto, a su vez transforma al oído en un órgano muy delicado. Mientras pocos sonidos naturales son suficientemente intensos para constituirse en un peligro real, muchos sonidos creados por el ser humano (tanto intencionales como residuales) pueden alcanzar fácilmente niveles nocivos, lo cual se agrava aún más por la exposición a los mismos durante periodos muy prolongados. El hábito de elevar la voz o inclusive gritar para imponer un punto de vista, opinión o deseo es, quizás, el ejemplo más habitual de utilizar el sonido como forma de poder. Pasemos ahora a la violencia acústica comunitaria. El ruido del tránsito y de la aviación son las principales expresiones de esta clase de violencia. La mayoría de las reglamentaciones locales o nacionales fijan límites sobre las emisiones individuales pero ni siquiera consideran el efecto de múltiples vehículos circulando a lo largo de una calle al mismo tiempo. El ruido proveniente de actividades de esparcimiento es otra forma de violencia acústica. Durante las últimas décadas se ha ido verificando un incremento gradual de lo que podría llamarse el "nivel sonoro cultural medio", es decir el nivel sonoro promedio que se considera necesario o aceptable para un encuentro cultural, un espectáculo o representación, tanto público (cine, concierto, discoteca) como privado (fiestas, televisión, audición de música). Este incremento reconoce varias causas, a saber: 1) El aumento del ruido ambiente, como consecuencia del tránsito, la industria, y las actividades comerciales, educativas o deportivas, entre otras. 2) La socioacusia, es decir la presbiacusia (o disminución progresiva de la audición con la edad) prematura debida a la exposición a ruidos de origen social durante años. 3) La presión sociocultural ejercida sobre la gente por aquellos que controlan el negocio del espectáculo y el esparcimiento, elevando los niveles de intensidad de las transmisiones de tv, radio, cine, como forma de captación de la atención del auditorio a causa de los altos niveles sonoros. ¿CUÁL ES LA POSICIÓN QUE FIJA LA SENSIBILIZACIÒN SONORA ANTE ESTE PROBLEMA ACTUAL?
Como aporte , considerando la fatiga acústica corporal que produce el exceso de energía acústica, sumado a la sensación de impotencia que se origina ante la infructuosa capacidad de comunicarse, los malestares corporales generados por la exposición al tránsito y a las atmósferas contaminadas , puede decirse que la Sensibilización Sonora ofrece una limpieza y calibración vibracional, utilizando sonidos puros, en frecuencias múltiples, que se propagan fácilmente por todas las áreas corporales, con beneficios probados a largo plazo, contra restando la sobrecarga perceptual de energía sónica que provocan los ambientes contaminados acústicamente. Fuentes: . Daniel Maggiolo .ENCICLOPEDIA DE SALUD Y SEGURIDAD EN EL TRABAJO .Violencia acústica: ¿Nuevo o viejo trastorno? Federico Miyara |