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La influencia de la escucha en el habla

10/15/2015

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El habla, como fenómeno acústico, se relaciona y coordina estrechamente con el sistema auditivo, que está especialmente equipado para recibir el código que produce la voz humana, por cuanto el habla es una secuencia de sonidos complejos que varían de continuo en intensidad y frecuencia.
El oído humano es un diminuto e ingenioso aparato preparado para recepcionar ondas sonoras y transformarlas en un código neural, cuya interpretación se realiza a nivel del cerebro. Para este fin el oído actúa como amplificador, filtro, atenuador y medidor de frecuencias, al mismo tiempo que funciona como un sistema de comunicación de varios canales.
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El habla, como fenómeno acústico, se relaciona y coordina estrechamente con el sistema auditivo, que está especialmente equipado para recibir el código que produce la voz humana, por cuanto el habla es una secuencia de sonidos complejos que varían de continuo en intensidad y frecuencia.
El oído humano es un diminuto e ingenioso aparato preparado para recepcionar ondas sonoras y transformarlas en un código neural, cuya interpretación se realiza a nivel del cerebro. Para este fin el oído actúa como amplificador, filtro, atenuador y medidor de frecuencias, al mismo tiempo que funciona como un sistema de comunicación de varios canales.
Dentro de los confines de aproximadamente 16 cm3, nuestros oídos utilizan principios acústicos, mecánicos, electrónicos y de matemática elevada para llevar a cabo lo que hacen. Veamos una de las tantas cosas que pueden hacer los oídos, siempre y cuando el aparato auditivo no presente alguna lesión:
* Los oídos captan desde el más leve susurro hasta el atronador estruendo de un avión de reacción; es decir, una sonoridad diez billones de veces mayor. En términos técnicos, esto es un campo auditivo de unos 130 decibeles (dB).
* Los oídos tienen una enorme capacidad selectiva. En un medio de una multiplicidad de señales acústicas podemos escuchar la voz de una sola persona, o detectar en una orquesta de cien músicos si un instrumento ha emitido una nota equivocada.
* Los oídos son capaces de captar y localizar la posición de la fuente de un sonido con una exactitud aproximada de un grado. Lo hacen percibiendo las minúsculas diferencias que hay en el tiempo de llegada del sonido a cada uno de los oídos y en la intensidad con que llega a ellos. La diferencia de tiempo puede ser de tan sólo diez millonésimas de segundo, pero los oídos pueden detectar y trasmitir ese mensaje al cerebro.
* En un adulto, los oídos tienen la capacidad de reconocer y distinguir unos 400 000 sonidos diferentes, los cuales están ligados al habla, a la música y a los sonidos que producen el hombre y la naturaleza. Los mecanismos del oído analizan automáticamente las ondas sonoras y las compara con las que están acumuladas en la memoria. Así es como se puede saber si cierta nota musical procede de un violín o de una flauta, o quién es la persona que está hablando por teléfono.

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DESARROLLO DEL OÍDO

Puede que nuestros oídos no sean los más agudos o sensibles, pero son ideales para satisfacer una de nuestras mayores necesidades: la de comunicarnos. Los oídos están diseñados para responder especialmente bien a las características de los sonidos del habla humana. Los bebés necesitan oír el sonido de la voz de su madre para desarrollarse bien, y a medida que crecen necesitan oír los sonidos de otros seres humanos para desarrollar su facultad del habla. Así pues, la audición adecuada es muy importante para tal adquisición, por lo que sin la evolución normal del oído no es posible un desarrollo normal del habla.
Por cierto, todos los padres saben aproximadamente cuándo su niño ha de aprender a sentarse y a caminar, y vigilan con atención el desarrollo de estas funciones; en cambio, la mayoría de ellos carece de información sobre la evolución del oído.

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¿CÓMO ESTIMULAR Y EDUCAR EL OÍDO?
Suponiendo que el niño tenga una audición normalmente evolucionada, es conveniente que la ejercite y eduque en forma adecuada, por cuanto que el lenguaje se adquiere a través del oído y que, cuanto más precisa sea la recepción tanto más exacta será la reproducción.
Pues bien, como todos nuestros sentidos, el oído también se educa. En la actualidad, nuestro medio es de tal condición que estamos insensibilizados frente a las impresiones del oído. Estamos casi siempre rodeados de múltiples ruidos, especialmente de motores, y en todas las ocasiones posibles nos aturdimos con música y mantenemos un fondo sonoro permanente, con lo cual poco a poco nos olvidamos de oír con precisión.
Si alguna vez nos encontramos en un lugar alejado del ruido de una urbe como Lima, por ejemplo en un bosque, el silencio nos resultará inquietante y sólo progresivamente nos daremos cuenta de que no estamos en silencio. Poco a poco iremos adaptándonos y distinguiendo el trinar de los pájaros, el ruido de las hojas y ramas de los árboles sacudidos por el aire, el auto lejano, sonidos todos más suaves que normalmente ya no percibimos.
Así pues, si ejercitamos el oído del niño conseguiremos que él perciba con más precisión el lenguaje de las personas que le rodean y, también, a reproduzca lo más exactamente posible. Además, con esto lograremos que reaccione con rapidez a los sonidos y llamadas suaves, y que ellos mismos no hablen alto si no es necesario.
Hay niños que tienen frecuente ronquera desde pequeños debido a que hablan gritando. A éstos no se les puede ayudar con simples medicamentos, pues requieren una educación para hablar bajo, y para ello no sirven de nada exhortaciones verbales como: "No grites así", sino que los niños han de sentir «placer» en no gritar.
Pero, cabe preguntarnos ¿cómo debemos educar el oído del niño? Bueno, hay diversas maneras de estimular y educar el oído. 
Los juegos para aprender a escuchar son elementos importantes para educar el oído. También la celebración de cumpleaños y otras fiestas infantiles brindan una excelente ocasión para ello. Pero cabe destacar que los "juegos para oír" deben realizarse de una manera natural e interesante, lo que deben estar orientados a:
  • Identificar los ruidos:
- ¿Qué suena así?
- ¿Dónde se golpea?
- ¿Qué cae al suelo?, etc.
  • Distinguir el sonido agudo del grave
  • Distinguir ruidos
  • Escuchar sonidos fonéticos.
Es bueno, además, emplear libros para activar el habla y ampliar el caudal lexical del niño, favoreciendo también la formación y desarrollo del pensamiento.

Pablo Félix Castañeda

Fuente :http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtual/libros/linguistica/leng_ni%C3%B1o/sist_aud_influ_habla.htm


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